Tras conocer el varapalo del TJUE-Tribunal Justicia de la Unión Europea que declara ilegal la normativa española de desahucios y el veto que el gobierno del Partido Popular ha anunciado ya públicamente a las medidas propuestas en la ILP-Iniciativa Legislativa Popular, anunciamos que continuamos con la campaña de escraches informativos. Una vez más, la acción será dialogante, propositiva, y no violenta, como ha caracterizado siempre a esta plataforma que recordamos, está integrada mayoritariamente por personas en procesos de desahucios.
Denunciamos que ninguna diputada ni diputado del PP de nuestra comunidad ha tenido la responsabilidad social ni el coraje humano para venir a nuestras asambleas y ponerle rostro a las frías estadísticas y conocer las graves consecuencias que tiene en nuestras familias una legislación elaborada a medida y al dictado de las entidades financieras. ¿Les pagamos el sueldo y rechazan escucharnos? ¿Cómo van a legislar si no tienen ni idea del sufrimiento que están generando en millones de familias? Decimos ¡basta!
Decimos ¡basta! porque somos personas en situación límite, hemos perdido o estamos a punto de perder nuestras viviendas y nos persiguen por una deuda impagable de por vida. Decimos ¡basta! porque no podemos quedarnos cruzadas de brazos ante la barbaridad de más de 500 desahucios ejecutados cada día, 6 millones de viviendas vacías y otros tantos millones de personas desempleadas. Decimos ¡basta! de gobiernos que se suceden en el poder mostrando la misma incompetencia para solucionar los problemas más graves y urgentes de la población, mientras la pobreza y las desigualdades aumentan cada día. ¿Qué clase de sociedad puede soportar algo así?
Por todo ello, mañana visitaremos a una diputada del Congreso a la que le pagamos el sueldo y de la que esperamos tenga la dignidad suficiente para atendernos. A nosotras, las personas afectadas, nos sobra dignidad para seguir luchando hasta conseguir: la dación en pago retroactiva, el alquiler social y que se paralicen todos los desahucios de vivienda única de residencia habitual, porque nuestras vidas están en juego.
¡Sí se puede!